La Gaceta de Ultramar. En El Camino 23 (24/09/22)

En el  Camino

Mañana domingo daré por terminado mi caminar de este año.
Han sido unos días de nuevos paisajes.
De aires frescos por tierras leonesas.
Seguramente el próximo año llegue a Santiago o tal vez pase de largo rumbo a Itaca…

Una catedral no es otra cosa que piedras bien puestas.
Y como las piedras no tienen patas no se van a ir a ninguna parte, así que no faltarán oportunidades de visitarla.

Aunque una ermita románica hecha a golpe de Maceta y Zincel solica enmedio del monte o de la aldea me pone los pies en el suelo.

Un Santo debe ser un humano extremadamente cabezón con voluntad de fierro que alguien escribió que era para tenerle mucho respeto.

Conozco a mucha gente con dura cabeza cuadrada y no por eso dicen que sean Santos.

Así las cosas debo decir que una meta es un engañabobos, algo creado por alguien para dar ánimos al flojo y dar medallas y diplomas de buen chico obediente.

Caminar por caminar, te hacer Caminante, yá lo puso en un papel un pensador poeta que no me acuerdo el nombre.

«Caminante no hay camino.
Se hace camino al andar…»

Y al volver la vista atrás.
Ves esos caminos.
Que un día volverás…

Que son como despedidas
Que te acompañaran siempre. Con el adiós que es el inicio. De un gran recuerdo.

Siempre caminaré y el día que las piernas no respondan o se quieran tomar un descanso, seguiré y seguiré recorriendo de nuevo los viejos caminos andados, observando con más detalle las marcas que vi y se me pasaron de largo.

Aunque por ser Caminante capto las cosas que los peregrinos tragamillas ni siquiera imaginan…

FIN

Como voy mirando veo…
(Ampliar Imagen)

Aqui hay que observar mejor y ampliar más.
(Plantitas en el balcón terraza a la izquierda de la imagen.

La Gaceta de Ultramar. En El Camino 24 ( 25/09/22 )

Fin 2022

En estos días de andadura, he visto el desfile de gentes multipropósito.

Que aunque todos avanzan al Oeste, no comparten la misma estrella.



Los Peregrinos:


Avanzan con paso corto pero firme y Fé religiosa, cargados con todo a las espaldas «Son de admirar»
Como anécdota diré que en el año 1977 que serví al Ejército justo en el Alto de Manjarin junto a la Cruz de Fierro. Según los registros, hicieron el camino 31 peregrinos todos auténticos; en 2019 fueron ¡350.000!



Los Tragamillas:


Son la inmensa mayoría, no andan, corren van a tó trapo (6 km/h.).
Buen camino, buen camimo, buen camino.
Debe  alcanzar la meta y recibir su diploma este año.



Los Paseadores:


Ni fú ni fá.
Portean su botellita de agua con macarrón pa chupar.
Andan alguna cosa y después de un ratito les recoge su Micro y al Spá de 4*
Empiezan a abundar como caracoles en Cabañuelas.



Los Bicicleteadores:


Levas de pedaleadores, pues un buen ciclista nunca iría jodiendo a los de a pié por la senda.
Con coche escoba y programación gastronómica.



Los Domingueros:


Pasean dos o tres días, con zapatillas de marca y ropas impolutas.



Los Caminantes:


Mezcla de Peregrino y Andarinho.
Siguiendo su estrella.
Que avanza con esfuerzo y equilibrio por esas sendas del camino de la vida.


También hay algunas figuras más que van apareciendo por esos caminos.



El Posadero:


O Alberguero dícese del que montó un Albergue/Posada de peregrinos que según su testimonio dá apenas pá pagar impuestos.



El Hospitalero:


El esclavo del Posadero
Algo así como la esclavitud siglo XXl, trabajando de sol a sol por cama y comida.



El Taxista:


Camino arriba, camino abajo de este a oeste y viceversa.
Figura casi imprescindible pá andar el camino.



La Enfermera:
Que atiende un ratito a la tarde en algunos lugares.



El Menusero:


Dícese de tipo caido en paracaídas al lugar que te sirve bazofias llamadas «Menú del Peregrino».
Y te arranca 12 € con solo abrir la boca y 1.80 € por un botellín de agua.



El Tabernero:


Gran tipo del lugar que te hace esas comidas de cuchara que te arreglan la tarde.
Que disfruta verte cucharear y te cobra casi ná.



El Porteador de Mochilas:


Por 5 € te lleva tu hato al próximo Albergue.



El Cura Transhumante:


En extinción que va a la tarde de aldea en aldea predicando al que le quiere escuchar, las cosas de Dios.



El Guardia Civil:


Cuida los caminos y a sus caminantes.



Los Aldeanos:


Da gusto hablar con ellos nos ven como un maná caído del cielo.

La Gaceta de Ultramar. En el Camino 22 (23/09/22)

Tambores de Guerra

Ahora sí comenzaron a sonar con voz fuerte los Tam Tam del próximo conflicto europeo que seria el Número Tres.

Rusia, el país más extenso del mundo, se ha empeñado en agrandar su territorio rebañándole más tierras a sus vecinos.

Es su cultura y su forma de ser.

Es la Saudade de su viejo Imperio, mezcla hoy de Zarismo y Estalinismo.

Lo demás es puro cuento.

A los rusos les gusta la idea y están todos felices de la vida.

Pero ahora que tendrán que empuñar un kalamichok -o como se diga- y tirarles a sus compadres del sur parece que están preocupados.

Pues no es lo mismo practicar con los videojuegos que ver saltar a otros jóvenes a pedazos.

Las madereras cambiaron sus padrones de corte de tableados y ahora no paran de cortar a 2 por 0.30 mts. a fin de que el mercado funerario disponga de los recursos necesarios.

Andan diciendo que llegó la hora de desempolvar su arsenal atómico y/o meterle unos pepinazos a las centrales eléctricas nucleares de sus compadres.

Ambas cosas son muy posibles y en ese caso las madereras acabaran rápido su stock de tablas.

Los americanos se hacen los longuis pues están muy lejos y de un plumazo borrarían a los rusos del mapa global.

Los Europeos del Norte ni chicha ni limoná, se han quedado empantanaos entre dos fuegos, que piensan que el asunto es entre rusos y ucranianos.

Su miopía no les deja ver que el asunto es entre rusos y europeos del norte, antaño siervos de los Zares.

Los europeos del sur preparando hoteles, hospitales y megaproyectos residenciales para los del norte por lo que se les puede venir encima.

Diríamos que darle al Ruso del Kremlin una carta salvoconducto a las islas del pacifico es una gran opción…

La otra que los pensantes Alemanes podrían supuestamnte estar barajando es mandarle unos certeros pepinazos y  acabar ya.

Ninguna de las dos obviamente cuenta con el beneplácito Americano.

Así ojo al parche.

La Gaceta de Ultramar. En El Camino 21 (22/09/22)

La piedra Seca y la solidaridad

Unas cosa es hacer Catedrales, Acueductos, Pirámides, que contaban con los mejores arquitectos y picapedreros del reino, con presupuestos gigantescos y otra es hacerte tu casita con tus manos en un lugar remoto a leguas de las grandes urbes.

Una cosa es tener levas de esclavos latigueados y otra es ir juntando piedras de los montes, acarrearlas, darles forma y colocarlas.
Padres, abuelos, familiares y algún vecino,  eran la fuerza humana que movía esas montañas.
Todos, hasta el más desaliñado aprendían esas técnicas de supervivencia que les permita instalarse con éxito en los lugares más remotos.

Las montañas no se mueven solas.
Terremotos y volcanes se encargan de darles forma.

La fuerza de la solidaridad las mueve y reordena.
En las aldeas y campos de España por miles de años se cultivó y cosechó esa bendición.

Hoy por ti.
Mañana por mí…

Un día alguien inventó el dinero.
Y mató la solidaridad.
Y poco a poco murió.

Al morir, murió la aldea y los campos se vaciaron.

Pero he ahí que las semillas quedaron guardaditas entre los pliegues de las células.

A veces pueden brotar.

Es solo arremangarse las mangas, coger el pico y darle al monte hasta que salgan chispas.

La Gaceta De Ultramar. En El Camino 20 (21/09/22)

Los perros y los gatos del Camino.

Los perros están ausentes del camino, así que llevar un gallao para defenderse a garrotazos de esos bichos es innecesario.

Si bien un buen gallao te da estatus de alguien importante y bien armado.

Estamos hablando de un gallao, no un palitroque retráctil del Decathlon.
Adema la utilidad y el manejo del gallao es mil veces mejor, pues con su empuñadura en semicírculo siempre lo puedes afirmar sea como sea el terreno.
Y con su punta de metal semiduro incluso te sirve de punzón defensivo ante cualquier culebra o bicharraco de cuatro o dos patas.
También si tienes que alcanzar una rama de frutal del Camino te servirá de gancho pá bajarla.
Caso de parar a descansar, con las dos manos asidas a la empuñadura, te sirve de palanca.
Ya en la urbe todos te abrirán paso y cederán el asiento no por miedo al garrotazo sino por respeto al necesitado.
Aunque si aparece una eventualidad con algún blangandrum, se lo pensará dos veces ante la visión del garrote.

Sobre los gatos solo puedo tener buenos augurios, están a todo lo largo del camino.
Siempre expectantes, viendo pasar tanto caminante y en su idioma silencioso te saludan «Buen Camino», caminante.

Que el camino te sea prospero.
Que encuentres lo que buscas.
Que no tengas prisa en llegar.
Si regresas un día, aquí estaré.

Muchas casas de las aldeas tienen gateras, que de niño recuerdo haberlas visto por las güertas de Aljucer.
Siempre me intrigó y no entendí,  ni nadie me explico el porqué las hacen, pues es una entrada fácil pá cualquier bicho…
Estos días sentado al sol en un poyete de una casa, observando una, lo entendí bien.
Es la perfecta sincronización entre humano y felino que tras miles de años de convivencia, cada uno tiene su misión respetando la libertad del otro.
La Gatera no es solo la puerta de entrada del gato a «Su Casa», sino le sirve al gato de trampa pá la bichería.
Aquel osado bicho que se atreva a cruzar la gatera, dejará sus olores y el algún momento el gato revisa y con su fino olfato detectará el paso, mas adelante, a la noche tal vez, se sentará vigilante, pondrá a trabajar su fino oído y su visión nocturna privilegiada y dará cuenta del atrevido bicho.

Estos bellos felinos que por el día observan y a la noche cazan, escogieron la libertad total.
No aceptan ser manadas.
Viven con dignidad su independencia y soledad.
Son las mejores madres ya vistas.
No se fían ni del padre de su prole.
Los padres vagan errantes por los territorios colindantes un ratito aquí, otro allá.
Es por lo tanto de las primeras sociedades matriarcales avanzadas.
Ambos tienen a los humanos como refuerzo y cobijo del día a día, aunque en caso de no ser bien recibidos, seguirán su camino…

La Gaceta de Ultramar. En El Camino 19 (20/09/22)

Tardes monótonas y El Camino Los Caminantes.

De los casi 500 Km. recorridos lo más duro son esas tardes largas que enlazan con noches ruidosas y sin intimidad ni para pensar, que no acaban nunca.

El nuevo día siempre trae luz, alegría e intimidad.
La intimidad de andar solo.
El silencio es grato y únicamente la música de tus pisadas te canturrean la canción alegre de tu ritmo.

Pero…
Se ha instalado por exceso el saludo en español de caminante a caminante.
Llega  a ser inoportuno y hasta desagradable tanta consideración.
Interrumpe tu concentración y armonía con el paisaje.
No tiene nada que ver con saludo al cruzarte con alguien del lugar que transpira respeto y cordialidad…
Este saludo peregrino es una moda sin profundidad y a veces forzada.

Bandadas de guiris en bicicleta con el coche escoba tras ellos.
Pelotones de domingueros sin mochila con la furgoneta esperándoles para llevarlos a dormir al hotel de 4 **** más cercano.
Chinos y coreanos sonrientes de oreja a oreja.
Todos y cada uno.
-Adiós, Buen camino.
-Chao, Buen camino.
-Buen camino.
Hasta el infinito…


He optado por andar el camino de los tractores y a veces al lado contrario de donde está marcado.
Pues debido al exceso de cuidado de los organizadores de tener un camino exclusivo de peregrinos, muchísimas veces hay caminos casi paralelos de uso rural o privado.
También se nota que el mentor de ese nuevo camino, nunca anduvo nada o tal vez su mayor logro sea ir de despacho en despacho o poltrona en poltrona.
El relleno no se ha hecho con material del lugar, simplemente se ha traído camiones y camiones de áridos blancos de cantera, con lo que el sol se refleja y llega dañarte los ojos.
También rompe la armonía del paisaje, en su desentono con los colores naturales del entorno.

De forma que con mis nuevos «Caminos» queda resuelto el «Camino», le pondré «El Camino los Caminantes».

Así son las cosas que no se dicen del Camino…


Una de chinos.

Hoy tuve suerte el albergue estaba hasta la bandera de chinos.

Se pudo dormir, pues todos sabemos que son muy disciplinados y silenciosos

Cuando toca dormir es a dormir.

Si es silencio, todos callados.

Son las 6 a.m. y ya los tengo dándole al coco con el ajedrez.

Preguntan si no saben.

Ayer había dos chinitas queriendo colgar la ropa en un tendedero de ropa de cuerda, de esos de balcón que le tiras y va girando la cuerda.

Me preguntan y les explico…

-Aaaah -dijeron a duo.

Y me dan las gracias, en chino imagino, «de nada» le digo en español.

Hoy cumplí lo 67, así que soy un año más joven.

¡Si, más joven! , pues como sabéis y si no yo os lo digo por experiencia.

Después que te jubilas y te acomodas a vivir con lo que te pasa el Felipe González, dejas de envejecer pues tu mente deja de hacer matemáticas económicas y otras galimatías, con el consecuente veneficio en tu cuerpo, que comienza lentamente a rejuvenecer…

Ah los chinos, no son chinos. Son japoneses, que es aún mejor.

La Gaceta de Ultramar. En El Camino 17 (16/09/22)

Las cruces en el Camino

Una tras otra van apareciendo cruces y más cruces.

Hasta hace una o dos generaciones la cruz no era solo la marca de los curas y aledaños.

En cualquier remota aldea era el enlace con la dura naturaleza y el cielo con su dios que era respetado en lo humano y compañero en lo divino.

Cuando la naturaleza se revolvía arruinando un año de trabajo y llegaban las hambrunas y calamidades, después de unos días de tristezas y blasfemias, reiniciaban las rogativas para el  próximo año.

Mirando de frente su cruz le retaban como hombre pidiéndole que se comporte con dignidad y respeto.

Que tras siglos de luchas con la morería, ahora ya no es tiempo de más calamidades.

Que la lluvia llegue cuando deba de llegar, los fríos y las nieves más tarde.

El sol cada día.

Que las vacas den sus terneros, las ovejas sus cabritos y las gallinas que no falten.

Muchos hijos pal duro trabajo.

Hijas pa los ajuares y la casa

Los domingos a la iglesia limpios como la patena.

Bodas, Bautizos, entierros, responsos y si el cura era güeno «eucaristía» hasta pá los hombres.

Una vez al año por el santo o virgen del lugar una Romería con sus cantos y bailes populares.

Es el tiempo de que los mozos prueben su suerte con las mozas casaderas del lugar.

¡Algún osado mozo forastero dando un arriesgado merodeo tal lobo en invierno…!

El cura y hasta el obispo a veces marcando las líneas, que nadie respeta, pero por recelo o precaución todos las escuchan.

Alcalde, funcionarios, caciques, amos y demás blangandrunes, con sus mejores hatos.

Corre el vino y las mejores viandas.

Todos comparten la olla común.

Una vez al año los quintos celebraban su despedida, tal vez sin retorno, bien por aventuras coloniales o por probar suerte en otros lugares…

Después de siglos de equilibrio y sosiego, llegaron los tiempos de la radio, la TV y el abandono definitivo en masa hacia la modernidad.

Casas vacías.

Aldeas vacías.

Nadie quedó.

América, Frankfurt, Madrid, Bilbao, Cataluña.

Solo piedra y cruces por los campos y montes.

Es lo que quedó

La Gaceta De Ultramar. En El Camino 16 (15/09/22)

Sigue el buen tiempo.

Sigue el goteo de peregrinos.

Se nota que ha menguado el n» de Caminantes, hoy éramos 6

en una habitación de 30 plazas.

2 Usa, 2 inglesas, 1 francesa, todos encima de los 60.

Cada uno Camina por diferentes motivos, lo que tenemos en común es que todos estamos desconexionados de la farándula y nos integramos con lo natural.

Participé  en la cena comunitaria, en esas  cenas en común, cada cual acerca las ascuas a su sardina, siendo que al final todos las asan a su gusto.

De los 5 acompañantes 2 eran nietos de exiliados de la guerra civil, la francesa y el norteamericano que resultó ser mejicano/vasco.

El otro yanqui que hablaba español era de apellido Rojo, así que también era Spanish.

La noche fue buena pues al ser tan pocos nos fuimos colocando cada uno en una esquina.

Así que mañana será un nuevo día con nuevos peregrinos, nuevos paisajes y el mismo sol.

La Gaceta de Ultramar. En el Camino 15 (14/08/22)

Hoy parece que los chubascos darán un respiro, así que los peregrinos dan gracias a Santiago por enviarles el sol y los días primaverales en este otoño.

Los campos secos agradecen estas primeras aguas.
Del crujir y polvo de las sendas, pasamos al suave y fresco caminar.

Toda la bicheria salta y festeja el fin del seco verano.
Sus canticos se entremezclan y junto al olor  a humedad marca la nueva estacion.

Se respira aire mas puro por la energia dejada por las aguas.

Es el momento de vendimiar, de cosechar manzanas y peras, las primeras nueces y castańas yá aparecen.

Las gentes aprovechan este intervalo de buen tiempo para hacer las ultimas labores de este año.

La leña bien seca y troceada yá está apilada en espera de los frios.

La sala ( El Salote) de guardar las viandas pal invierno limpia de bichos y otros okupas.

Los cerdos engordando saboreando la dieta especial pa fin de año.

Laa abuelas repasando las ropas de abrigo pa pasar calentito el invierno.

Es asi la sabia rutina otoñal que todos saben.
De estos campos

Nosotros.
Los de a pie.
Los que caminamos
Seguimos al Oeste
Hacia Finisterre
Pasando por Santiago.