Tardes monótonas y El Camino Los Caminantes.
De los casi 500 Km. recorridos lo más duro son esas tardes largas que enlazan con noches ruidosas y sin intimidad ni para pensar, que no acaban nunca.
El nuevo día siempre trae luz, alegría e intimidad.
La intimidad de andar solo.
El silencio es grato y únicamente la música de tus pisadas te canturrean la canción alegre de tu ritmo.
Pero…
Se ha instalado por exceso el saludo en español de caminante a caminante.
Llega a ser inoportuno y hasta desagradable tanta consideración.
Interrumpe tu concentración y armonía con el paisaje.
No tiene nada que ver con saludo al cruzarte con alguien del lugar que transpira respeto y cordialidad…
Este saludo peregrino es una moda sin profundidad y a veces forzada.
Bandadas de guiris en bicicleta con el coche escoba tras ellos.
Pelotones de domingueros sin mochila con la furgoneta esperándoles para llevarlos a dormir al hotel de 4 **** más cercano.
Chinos y coreanos sonrientes de oreja a oreja.
Todos y cada uno.
-Adiós, Buen camino.
-Chao, Buen camino.
-Buen camino.
Hasta el infinito…

He optado por andar el camino de los tractores y a veces al lado contrario de donde está marcado.
Pues debido al exceso de cuidado de los organizadores de tener un camino exclusivo de peregrinos, muchísimas veces hay caminos casi paralelos de uso rural o privado.
También se nota que el mentor de ese nuevo camino, nunca anduvo nada o tal vez su mayor logro sea ir de despacho en despacho o poltrona en poltrona.
El relleno no se ha hecho con material del lugar, simplemente se ha traído camiones y camiones de áridos blancos de cantera, con lo que el sol se refleja y llega dañarte los ojos.
También rompe la armonía del paisaje, en su desentono con los colores naturales del entorno.
De forma que con mis nuevos «Caminos» queda resuelto el «Camino», le pondré «El Camino los Caminantes».
Así son las cosas que no se dicen del Camino…
