Las Historias de Ultramar
«Los Carasucias»
Me contaron que tiempo atras existió una niña de la calle, que a los 9 añicos quedó sin padre.
De esos críos que sobreviven por sí mismos.
En este caso consiguió realizar gran parte sus sueños.
Creó su familia y consiguió que muchos niños tubieran una o dos oportunidades en su vida.
A los mayores les transmitió dignidad y esperanza a traves de su trabajo diario.
Su nombre es Mónica Carranza.
Falleció en 2009.
El que me relataba esta historia me consta que participó del evento y con orgullo contaba lo que vió.
No recuerdo su nombre, todos le decian «El Gruista».
Por los a.zares de la vida y como soy culo de mal asiento
Si estoy sentado más de un par de horas, ya me comienzan a hormiguear las piernas y mi cabeza comienza a recalentarse.
Por esos mismos azares de la vida, cerca ya de la navidad del año noventa y pico, un día que pare a tomar un trozito de asao a la orilla de la ruta 3, en un chiringuito orillero donde los camioneros paran.
De esos que en cualquier lugar del mundo es comida buena y barata.
En eso ví llegar un imponente camión con un brazo de grua hidráulica de no menos de 15 kgs. de potencia y como en en mis años mozos lidié con esos trastos, saludé al Gruista, le alabé su equipo y le ofrecí un vinito.
Me dio las gracias, pero me dijo que no bebía en horas de trabajo.
Insistí y le ofrecí un refresco.
Al notar que era gringo me pregunto que hacía por estos lares.
-Conociendo le dije.
-¿Chileno por acaso?
-No, soy gallego del sureste y sí, los chilenos tienen nuestra misma tonada.
Sus manos eran fuertes y encallecidas por el trabajo del manejo de las cargas sin ayudante.
Vi que llevava una carga «Rara».
Diferente.
Heran unos palet disparejos de diversos alimentos no perecederos, y entre eso, liadas en lienzos blancos dos medias reses.
No pude menos que preguntarle por su carga.
Vi que se le iluminó la cara.
Con orgullo me respondió que eran 15.000 kg. de comida pa los Carasucias.
Y siguió relantando
Que su jefe, un gringo gallego algo raro, unos días atras lo llamó personalmente y le preguntó si conocía algun lugar carente con niños pá ayudar.
Claro patrón, le dije, en mi barrio a 3 cuadras de mi casa estan los Carasucias y justo que mi mujer biene dandoles una mano 2/3 días por semana.
-Ah, bien raro tu patrón, le dije, pá gastar ese dineral.
Siguió su relato de seguido sin necesidad de tirarle mucho de la lengua.
-No, señor no.
Es raro si, pero es una Gauchada bien firme que nunca vi.
¿Quiere que le cuente?
Si, por favor, le escucho…
Se trata que el año retrasado, en el tiempo la navidad hubo por vez primera regalos pá los peones y obreros.
Tambien pa los clientes, pues segun el Gallego es costumbre allá en su tierra.
Quedamos muy agradecidos pues, no pidió nada a cambio.
Pero hubo un grave problema con los clientes, pues como el gallego no sabia de los manejos daqui;
a unos no les llegó nunca,
a otros les llegó cambiao,
a algunos con faltantes.
Y otros quedaron con envidia, pues según;
El gallego desrespeto los Status
Así que este año decidió enviarles una tarjeta de felicitación y la plata utilizarla mejor.
Es por eso que me llamó y pensó en esto.
Y no fué facil la compra nó, pues pues los de la oficina siempre le armaban quilombo y el sabía que no eran de fiar.
Me dijo:
-Gruista, consigue comprar barato y bueno una partida de alimentos.
-Claro patron, pero usted tiene a su jefe de compras y fíjese no me vaya a cruzar a mi
-Gruista ud. sabe por qué le encomiendo esto.
-Si, se si.
-Manos a la obra entonces. Ah y no cuentes a nadie…
-Es asi que pasó, ¿sabe gallego…?
Asi que ahora me vá a disculpar que estoy yendo a hacer la entrega.
Le pedi su teléfono por si otro día tenia un ratito y me contaba como le fue.
Al despedirnos noté en sus formas que me miraba diferente a la que comunmente siempre senti por ultramar, como que los gallegos no son lo que les enseñan las escuelas.
—-
Un dia que fui a pasear al barrio de Mataderos, vi un rotulo a la entrada de un conventillo, que decia.
Los Carasucias.
Y filas de personas de todas las edades con su ollita o taperwares esperando su ración.
Recordé al Gruista y le llamé, quedamos pal próximo jueves en la parrilla de la ruta 3.
Ahi me contó de la Monica y del asaíto al que dias despues convidaron a su patrón el gallego.
De la guitarreada que le dieron.
Y de las bonitas navidades que fueron.
Me contaba que él mismo acompañó al gallego al albergue de Merlo, pues lo de Mataderos era el comedor Popular y un gringo solo por esos lugares dará quilombo.
Me contaba de lo impresionado que quedó su patron del albergue-escuela pues hera 1/2 cuadra con cancha de futbol, dormitorios, escuela, cocina, comedor, dispensario médico.
Todo lo necesario para que una juntada de gurises se hagan grandes y de provecho,
Mas impresionado se quedo cuando Monica le explicaba que allí tenian prohibida la entrada punteros, políticos y cualquier tipo de ayuda de manos de ellos.
Que esas gentes son como buitres al acecho del mas débil, pá picotearlos.
La Mónica le contaba al gallego las historias de su viejo, también gallego, maño de Zaragoza luchador de la guerra y de como fuéron engañados por los politicos pa matar a sus hermanos.
Y al contar ese relato le salia la rabia que su padre guardó.
Asi entre vinito, payadas y alguna milonga, transcurrió la tardecita. Es eso que me contó…
Acabado el relato le agradeci, nos dimos la mano y seguimos cada uno nuestro camino.
-Eh Gallego… -me dijo el Gruista-. Siga derecho pa la ciudad, que no son horas de gringos sueltos por estos cantos…
https://m.youtube.com/watch?v=Y32OHXTmh4k