Entre Sueños y fantasmas
Todas las mañanas al despertar del sueño de los sueños tengo dos opciones;
seguir durmiendo o perseguirlos.
Sin dudarlo
Sin apenas pestañear.
Me frio una corbata.
Y me plancho un huevo.
Y un café de malta humeante
Y sigo sońando.
Porque estoy con baterias.
Y sino, las cargo.
Porque estoy aquí.
Hasta podria dar gracias a aquel que por decadas fué casi un hermano.
Que libramos mil batallas.
Que las ganamos todas.
Victoria tras victoria.
Piedra sobre piedra.
Sin apenas descanso.
Tras el sol la luna
Tras la luna el sol
Luces claras u oscuras
Siempre luces alumbrando
Aprendimos juntos.
Codo con codo.
Ante nosotros;
Nieves.
Serranias.
Calores Saharianos.
Andaluces, vascos, catalanes, madrileños, valencianos.
Ingenieros.
Dotores.
Estudiaos.
Bakeros.
A todos enfrentamos.
Con todos pudimos.
! Unos Zagalicos de la huerta. Del valle del Segura.
De la ciudad de Murcia.
Pero que a la hora de la verdad sucumbio en la podredumbre de sus sueños. De dineros y poder.
De vez en cuando me visita.
Entre sueños lo veo.
Fantasma asustazagales.
Deambula.
Sin rumbo;
Como disculpandose.
Sin mirarme a los ojos.
La verguenza perdida
Se hace el longui.
Ni se atreve…
Despues vuelve a su camino.
Al que eligió.
A su Panteon.
A su Caixón.
De madera de palo.
Del campo de Cartagena…
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En las callecitas de bsas
Lloviznaba la tristeza.
En los adoquines gastaos
Sin tangueros nocheros.
Sin las Minas bailanteras
Todo apagao

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Las Musicas de Ultramar
Allà por los 20, al poco de acabar la gran guerra en los lares de ultramar, en los boliches y cabaret del Rio de la Plata, de una u otra orilla medraban con fuerza los tangueros al son de guitarras.
Y hablaban de historias de vida.
Agustin Magaldi Azucena Maizani